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Blanco y Negro, por Alfonso Bustos

A la hora de hablaros de esta producción y poder comprender mejor el resultado final, nos gustaría citar un texto de Alfonso Bustos que creo que desvela algunos de los secretos de la fotografías en blanco y negro.

“Muchas veces he estado trabajando con una fotografía, retocándola o manipulándola, y en un momento dado he tenido que recurrir a técnicas de alto contraste. Al hacerlo, he pasado la imagen a blanco y negro y, ¡sorpresa!, me he encontrado con una imagen nueva, llena de fuerza, de sentimiento, de luces y sombras, de nuevas texturas….

Simplemente, el color esconde secretos. Hay elementos que quedan enmascarados, en cierta manera, por el color. Podríamos decir que el color nos llama la atención visualmente, así que distrae a los ojos para que estos no vean ciertas cosas con tanta facilidad. Es por esta razón que se dice que, en las fotografías en blanco y negro, la composición es más importante, pues con la ausencia de color, las líneas, las texturas y los contrastes lumínicos saltan a la luz y se hacen más evidentes.

La ausencia de color nos permite ver el tema, en su verdadera dimensión, para transmitirnos más emoción que si fuera de color. Así que  una vez que quitamos el color, es cuando se hace patente la verdadera esencia de la imagen. La fotografía blanco y negro tiene el poder de atraer a la gente en silencio y en una actitud mas intimista.”

Creo que el efecto conseguido en esta ocasión es justamente el que comenta Alfonso Bustos. Cuando realizábamos el trabajo de retoque, las imágenes en color no lograban alcanzar la fuerza deseada. La imagen de una mujer con curvas y una melena con volumen, un personaje de una antigua novela policiaca al que fotográficamente necesitábamos impregnar de misterio…

La fotografía de la modelo junto con Isaac mantiene una postura de sobriedad. Una mirada directa a la cámara que igualmente nos ha ayudado muchísimo recurrir al blanco y negro para conectar y aislar a los personajes. Como bien dice Alfonso Bustos, crear un silencio.